lunes, 5 de diciembre de 2011

Un fruto bajo el sol

Líneas de blanco
mutiladas, amordazadas en mi garganta.
Esas que fueren palabras ebrias de olvido
están sin son tras la ventana

Tocan la puerta otra vez,
si pudiera gritar
no habría animal que se acercara.
¿Cuántas preguntas? ¿Cuántas más?

Cuanto abismo entre sombras y reflejos.
Y el ruido de unos ojos en silencio,
y más ruido de metal valorizado; en mi garganta,
sin son tras el velo del chillido.


¿Quién les ha enseñado a amar?

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